La promesa de la esperanza

Desde el principio de la cuarentena por el coronavirus nos hemos acostumbrado a ver en los balcones y puertas muchos dibujos de niños de arco iris como una declaración de esperanza en medio de tanta tristeza y desesperación. Y la naturaleza responde dibujando el cielo con colores.

Arco iris por encima del hospital de Alcalá de Henares durante la cuarentena.
Arco iris supernumerario en Madrid.

El domingo 19 de abril, por ejemplo, en Madrid apareció un arcoíris doble, o «supernumerario» – es decir, con más colores que lo habitual. Aparece cuando el contraste entre la luminosidad exterior y las nubes oscuros produce un arcoíris secundario de colores invertidos.

Se puede explicar por la falta de contaminación en Madrid con el descenso del uso del coche, pero la verdad es que fue motivo de optimismo entre los vecinos, como una señal de esperanza, como twitteó la presidenta de la Comunidad de Madrid: «Es una señal: empieza la remontada».

Cuando vemos en el cielo un arco iris nos alegramos, es un símbolo que inspira confianza en que algo bueno va a pasar.

El arco iris engloba en sí mismo la esperanza y la promesa de un futuro mejor. En la Biblia, el arco iris es la señal de la promesa de Dios hacia la humanidad y también de su fidelidad. Aparece por primera vez en el libro de Génesis, después de la inundación que cubrió toda la tierra y causó una destrucción masiva. Dios promete que jamás volverá a haber tal destrucción.

«Acabo de hacerles una promesa a ustedes y a todos los seres vivos de esta tierra, que incluye también a los que todavía no han nacido. Como prueba de esta promesa, pongo mi arco iris. Cuando yo traiga nubes sobre la tierra, el arco iris aparecerá,  y me acordaré de mi promesa. Jamás volverá a haber una inundación tan grande como para acabar con toda la vida. El arco iris es la señal de esta promesa».

Génesis 9:12-13 (TLA)

Cuando escucho historias de cómo las personas están respondiendo ante la crisis actual causado por el COVID-19 mostrando solidaridad, volcándose para ayudar a los demás, mostrando compasión y bondad, me hace pensar que en estos días el arco iris ha recuperado este sentido original de esperanza y promesa.

La solidaridad en acción: batas y mascarillas

En plena crisis, hubo escasez de equipos de protección para los sanitarios y todos los que podían estar en contacto con un enfermo por el COVID-19. Un artículo de Kari Acebo publicado en El Progreso cuenta que en Lugo, tuvieron una idea ingeniosa: un grupo de voluntarias de la iglesia evangélica Buenas Noticias empezaron a coser batas de bolsas de basura para los médicos de Primaria. Un médico del centro de salud Illas Canarias cuenta como son:

«Están perfectamente selladas, cosidas y con la forma adecuada en los puños. Son muy herméticas, el sellado está muy bien».

No solo se ha visto buena voluntad, sino también ideas creativas:

Otro médico cuenta: «Los distribuidores de veterinarios también les han regalado las batas que usan esos profesionales para las autopsias de animales y, por ejemplo, el colegio de Casás también les envió pantallas para la cara que están haciendo con equipos de impresión 3D del centro escolar».

Mesas solidarias de comida

A raíz de la cuarentena, en España hay muchas personas han perdido su trabajo o les han hecho una ERTE y todavía no han cobrado. El hambre y la falta de lo básico se ha hecho acuciante. Ante esta necesidad, muchos barrios y asociaciones en España reaccionaron con mesas solidarias de comida. La idea es sencilla: si puedes, donas comida no perecedera; si tienes necesidad, coges de la mesa lo que necesitas. No requiere mucha logística, solamente buena voluntad entre los vecinos del lugar.

Bajo el eslogan de «Si necesitas, TOMA; si te sobra, DONA», con el hashtag #comprasolidaria, la Asociación 100% Vida en el barrio de El Saucar en Torrejón de Ardoz (Madrid) lanzó esta iniciativa en el mes de abril. La respuesta fue inmediata: los vecinos empezaron a donar comida y el segundo día había que poner dos mesas. Ha supuesto un alivio para las familias que estaban pasando por estrecheces y pudieron ir a la mesa y coger lo que necesitaban.

En Lugo, viendo la necesidad que había, la iglesia evangélica Buenas Noticias también montó una mesa solidaria delante de su local. La pastora, Ana Pérez Lozano, decía a los vecinos de Lugo, «Os animo a que os suméis al reto de hacer despensas solidarias. Puedes donar en nuestra mesa en Emilia Pardo Bazán 4 en Lugo. Hagamos que esta curva de la pobreza se aplane. Que ninguna familia tenga su mesa vacía en este tiempo difícil».

Son acciones sencillas, pero muy efectivas y muestran el deseo de ayudar a los demás. Los españoles siempre se han caracterizado por ser muy solidarios y la mayoría de las personas están dispuestas a dar de lo que tienen para socorrer a las que les falte.

Recogida de alimentos en los supermercados y distribución de comida a los más necesitados

Y es que la situación no es para menos. El diario El País informó el 13 de mayo que solamente en Madrid, hay más de 100.000 personas formando las «colas del hambre» para recibir bolsas de comida de los servicios sociales y más de 50 redes vecinales. Para muchas de estas personas, es la primera vez que están ante esta realidad en la que el hambre les hace superar la estigma y vergüenza de tener que pedir comida. Muchos bancos de alimentos que llevaban funcionando desde hacía tiempo, han visto triplicar la demanda, y no dan abasto.

Para poder paliar esta necesidad, una iniciativa que se está repitiendo en ciudades de toda España, ha sido la recogida de comida en supermercados y su distribución entre familias necesitadas. Entre el 15 y 18 de mayo, ASET (Asociación Evangélica de Torrejón de Ardoz), Transformation Ywam Madrid, la Asociación 100% Vida, Impact Spain y el Ayuntamiento de la ciudad unieron sus esfuerzos para montar en 10 días una iniciativa bajo el lema «Ama a tu prójimo», movilizando más de 100 voluntarios para estar dos días en varios supermercados, pidiendo a los vecinos donativos de comida para poder ayudar a la ciudad de forma práctica.

Los mismos voluntarios se sorprendieron con algunos gestos de generosidad, como un señor que les dijo de llenar un carro de comida que él lo pagaba; otro que ofreció traer unos pallets de comida y otro que trajo comida de su propia tienda. Se prepararon más de 1.000 bolsas de comida y el siguiente lunes, con la presencia del alcalde, don Ignacio Vázquez Casavilla, atendieron a más de 400 familias.

REMAR: Bancos de alimentos, food truck y colaboración con los CEPIs

La Asociación REMAR es una ONG que está aportando mucho a la sociedad en estos días. Desde un food truck delante del hospital de campaña de IFEMA a una de sus labores habituales de dar comida a los que lo necesitan, han visto triplicar la necesidad y ellos mismos han tenido que recurrir a otras asociaciones para pedir más voluntarios. Cada semana distribuyen comida a más de 5.000 familias en la Comunidad de Madrid y más de 20.000 en toda España.

El hospital de campaña de IFEMA estuvo funcionando durante 40 días. Gracias a las empresas y colaboradores que se solidarizaron con REMAR a través de la Food Truck (Fastandfood.es) se pudo ofrecer miles de menús gratuitos a cientos de sanitarios y trabajadores en IFEMA que estuvieron al frente de la pandemia en la Comunidad de Madrid.

Por otra parte, la Asociación REMAR está colaborando con los CEPIs de Alcalá de Henares, Alcobendas, Arganda del Rey, Carabanchel, Chamartín, Canillejas, Daganzo de arriba, Leganés, Ocaña, Paracuellos del Jarama, Torrejón de Ardoz, San Sebastián de los reyes, Usera, Vallecas, Villalba, entre otros como explican en este video.

Este blog solo pretende detallar algunas de las muchas acciones de voluntarios que se están haciendo en España en este tiempo. Hay muchos más, por supuesto. La necesidad de este tipo de ayuda no termina con la desescalada. Si cabe, será aún más necesaria. Animo a cada uno a pensar cómo puede contribuir en estos momentos. Tal vez no puedes ayudar en un banco de alimentos pero podrías dar un donativo. ¡Ánimate! Todos somos necesarios.

Porque estuve hambriento, y vosotros me disteis de comer; estuve sediento, y me disteis de beber; llegué como un extraño, y me recibisteis en vuestra casa; no tenía ropa y me la disteis; estuve enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y fuisteis a verme”. Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento y te dimos de comer y beber?  ¿Cuándo llegaste como un extraño y te recibimos en nuestras casas? ¿Cuándo te vimos sin ropa y te la dimos? ¿Cuándo estuviste enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. Y el rey les dirá: “Os aseguro que todo lo que hayáis hecho en favor del más pequeño de mis hermanos, a mí me lo habéis hecho”.

Mateo 25:35-40

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